Juan Carlos Monzón 2
Estuardo Zapeta LIBERTARIO
lunes, 20 de junio de 2016
domingo, 3 de mayo de 2015
Reporte Petén Parte I
Reporte Petén
Reporte Petén Parte II
Reporte Petén Parte II
Reporte Petén Parte III
Reporte Petén Parte III
viernes, 1 de mayo de 2015
Le toca . . . ¿robar?
Estuardo Zapeta
Esa
maldita costumbre que tenemos, sí, esa de predisponer a la población que “al
segundo lugar de las pasadas elecciones ´le toca´ ganar en las presentes,” nos
tiene condenados a repetir, y aumentados, los errores de esos segundos lugares
que cada siguiente elección se siente los “ungidos.”
He ahí
el caso de Payazón.
Pero,
como el gran Max Weber explicara, se da en las ex colonias españolas un fenómeno
que él denominó “patrimonialismo”, y el cual, dicho en buen Chapín, “el
siguiente está haciendo fila, esperando su turno, para saquear a la nación.”
Es una
especie de sucesiones casi deterministas –al segundo de la vez pasada “le toca”
ganar estas elecciones—que condenan a un país a ser sucesivamente cooptado,
robado y violado, por quien fue “segundo lugar,” y parece que sólo esperó su
tiempo con tal rabia que cuando “le toca” empieza una carrera por superar al
anterior ladrón o ladrona.
Así está
diseñado el sistema –aparte de las perversiones que nos receta la otra
maldición, la fórmula D´Hondt—que cumple con todos los prerrequisitos que perdedor
anterior está destinado a ser ganador inmediato.
En
realidad sólo cambiamos de ladrones, de saqueadores, de corruptos, de bandas,
de nombres y de colores, pero la esencia del proceso por el cual se enriquecen
y dejan a la población más endeudada que el gobierno anterior, esa no cambia,
sino que se fortalece.
Por esto
están diciendo semejantes ladrones que ahora “les toca,” y como es mucho clavo
que digan que es a ellos, entonces le echan la culpa a quienes serán sus
víctimas: nosotros los ciudadanos
¿Cuándo
nos tocará a nosotros el desarrollo, la prosperidad, la paz, y la Libertad?
Nunca, porque siempre, en estos ciclos tenebrosos “segundo lugar siempre será
primero en la siguiente” elección.
¿Podemos
romper esa maldición que nosotros mismos nos hemos recetado? Sí, sí podemos. Y
no sólo podemos, sino que por pura sobrevivencia también “debemos.”
Al segundo
de la anterior elección “no le toca,” menos cuando ha probado ser un populista
de primer orden, un hijo de averno que se quiere presentar como ángel de luz,
un lobo salvaje y tramposo con piel de oveja británica.
Y qué
tal si empezamos a repetir que “no le toca.” Y explicamos que no es que su
traje sea invisible, sino que no tiene ropas y que nos ha querido engañar con
vestimentas falsas, tan falsas como sus discursos, su cabello, y su
religiosidad.
Payazón
es un ser mesiánico, quien demanda adoración de nosotros, so pena de ser
destruidos en sus massmedia. Que lo adore la más panda, porque no es más que un
triste ídolo autocreado y autoimaginado, de esos que con populismos asquerosos
pululan por todas las Américas, de esos que te demandarán la vida, la Libertad,
y la propiedad pero para ellos y sus roscas.
A este
Belcebú cruzado con Mamón lo único que les interesa es el saqueo de lo poco que
los otros por tiempo no pudieron llevarse, por eso pregunto que si en verdad
“le toca,” no será entonces que “le toca robar.”
Quien roba ideas es capaz de robar vidas y naciones.
miércoles, 29 de abril de 2015
OPM, sin liderazgo
Estuardo Zapeta
Otto
Pérez Molina, lo digo de una vez, ha sido presidente pero no ha ejercido
liderazgo. Ese ha sido el problema fundamental no sólo de este presidente, sino
de una serie de mandatarios (que significa que tendrían que acatar nuestro
mandato) a quienes ese ejercicio les importa un comino una vez llegan al poder.
Debilitado
por una mujer estilo “María Antonieta”, como la nombré recientemente por radio
y por televisión, ese debilitamiento fue una especie de lenta castración.
“Freud” podría resucitar para estudiar este peculiar caso de dominio total de
una “consorte”, para utilizar el lenguaje de la Francia pre-revolucionaria, y
hacer un psicoanálisis del caso de los gobernantes de Guatemala, o como el
vulgo los ha denominado “la pareja presidencial.”
Y si la
Justicia, esa gran ausente en Guatemala, así lo determina, pues tendríamos
entonces una pequeña victoria sobre quienes usan el poder para enriquecerse sin
pena alguna, ya que su premisa –“la vergüenza pasa pero el pisto queda”—es la
que gobierna sus pobres e improductivas vidas.
El
liderazgo implica una Visión, un visionario, y seguidores convencidos y
voluntarios que sigan, no a la persona, sino a la gran idea, el gran sueño, la
gran misión, el gran legado del visionario. Pero ese proceso no se da en el
vacío cultural, sino todo lo opuesto, nace, crece y se alimenta de la Cultura,
al mismo tiempo que la transforma para bien, construye en lugar de destruir,
produce en lugar de quitar y robar, genera nuevos y poderosos liderazgos, en
lugar de destruir los existentes.
Todo ese
proceso se da sobre Valores, y Valores es la primera gran ausencia que miro yo
en la “pareja presidencial.” No tener claros los Valores, mejor dicho no tener
Valores, es el gran error de estos gobernantes. De hecho, por Valores ella y él
han de entender alguna conceptualización económica, y no la obligada visión
axiológica que el quehacer de gobierno demanda.
Gobernantes
sin Valores, sin Visión, sin Principios, se convierten en no más que ratas que
merodean entre la basura de la corrupción, en parásitos que viven y de
enriquecen de lo que otros producimos, en escorias de una sociedad que los
despreciará como al cáncer.
La corrupción
de la cual nos enteramos hoy es sólo el resultado, no la causa, de no tener y
menos ejercer Liderazgo Transformacional. Y que el siguiente, si las encuestas
están en lo correcto, no pretenda engañarnos con el nombrecillo de “líder”,
porque ni de apodo le sirve. Es, para decirlo en lenguaje de ciudadanos
indignados un sábado por la tarde en la Plaza de la Constitución, “tan
sabandija inmunda como los actuales.”
El
presidente Otto Pérez Molina fracasó. Fue quemado en la hoguera de vanidades
que se llama Roxana Baldetti. El fuego de la vanidad los consumió a ambos, y
eso no sería relevante si en su “mariantonietoide” reinado ellos, ya sea por
lealtad, ya sea por interés, ya sea por traición, y sólo ellos se hubieren
quemado. El problema es que esa ausencia de Liderazgo terminó incendiando toda
una Nación.
Ojalá que ese “incendio” de ciudadanía
responsable sea, como en el caso de “María Antonieta”,
el inicio de la Revolución de la Libertad.
miércoles, 22 de abril de 2015
Su signo será corrupción
Estuardo Zapeta
Alguna vez, posiblemente en la
ingenuidad sexista, alguien argumentó que la razón por la cual las mujeres
deberían estar en la política era por “su honradez.” Misoginias aparte, creo
que considerar, según el exponente, que las mujeres son honradas por ser
mujeres, es una conclusión no sólo falsa, sino apartada de la realidad.
En todo caso, mi argumento acerca de
la participación en política, sea de hombres, de mujeres, de gays o lesbianas,
no tiene que ver con “honradez.” Este NO debería ser un tema a discusión en
política.
Soy de la opinión que debe ser
capacidad. Mi refutación a quienes propugnan “cuotas” –por género, por
sexualidad, por etnicidad—es que me sorprende que hablen de las diferencias
individuales, pero que ninguna de ellas se refiera a capacidad. Insisto, la
“honradez” asociada a un género es un argumento falso, porque tan ladrón puede
ser una mujer, un gay, una lesbiana, o un hombre, como tan honrados pueden ser
todos. Y tanta sed de poder puede haber en cualquiera de ellas y ellos, que los
Valores fundamentales que hacen de la política una práctica noble –ensuciada
ahora por mujeres con poder—se desmoronan ante las artimañas, las traiciones,
los engaños, y las puñaladas de las que toda persona es capaz, independiente de
su género.
De hecho, ante la evidencia empírica
–léase Roxana y Sandra, sólo para mencionar dos casos—no se sostiene ante la
afirmación que “las mujeres son honradas.” Si por estereotipos fuese, también
alguien en su ingenua y falsa lógica podría generalizar que Roxana y Sandra son
mujeres, Roxana y Sandra no son honradas; conclusión, todas las mujeres no son
honradas, sino seres sedientos de poder que utilizarían la corrupción, la
mentira, y el populismo para alcanzar sus objetivos políticos. Esta conclusión
es tan falsa como la primera.
El individuo es el corrupto
independiente de su género o sexo. La corrupción, como hemos visto en el caso
de supuesta defraudación aduanera en la Superintendencia de Administración
Tributaria, SAT, es un caso de individuos con vínculos al poder que da el
puesto de presidente y vicepresidente de la república.
En una entrevista con el entonces
“entrevistador” Julio Ligorría la misma candidata vicepresidencial Roxana
Baldetti aseguraba que ella no quería dejar el gobierno señalada de corrupta, y
que su incentivo más grande era que sus hijos, que son hombres, hombres,
hombres no debían ser avergonzados con la conducta corrupta de su mamá. Y por
eso le pedía a entonces candidato y ahora presidente Otto Pérez Molina que en
lugar de ocho cuasi guerreros contra la corrupción le diera 40 (al estilo Ali
Babá). Ahí está que su guerrero mayor, JC Monzón, prófugo mientras escribo
estas líneas, acusado de ser el cabecilla de un grupo dedicado a la corrupción
fiscal aduanera, salió corregido y aumentado.
No, no es cuestión de género o sexo, ni de etnicidad, ni de edad, ni de religión. Es cuestión de Valores. Roxana y Sandra muy mujeres pueden ser, pero eso no las hace “honradas.” (Ah, y yo sí considero que Roxana estaba enterada de los “whereabouts” de JC Monzón.)
SAT-ánica
Estuardo Zapeta
zapeta@libertopolis.com
Escribió Mario Polanco en su muro
de Facebook lo siguiente: “Han capturado a una importante banda criminal de
defraudadores, entre los que se encuentran importantes funcionarios del
gobierno de Otto Pérez Molina, entre otros se señala a Juan Carlos Monzón
protegido por la vicepresidenta y a funcionarios de la SAT, son responsables
del robo de decenas de millones de Quetzales.”
Mi
reacción al comentario de Polanco fue el siguiente: “Mario: ¿habrá dicho la Cicig,
"o aprueban mi permanencia o los siguientes son ustedes"? Lo cual
sería un caso de extorsión supranacional. Y si eso se denunció años atrás,
Mario, por qué hasta ahorita. Estuardo Zapeta Dos Yo
siempre viendo el lado oscuro de la luna. ¿De quién recibía órdenes Monzón? ¿De
su jefa? Excelente trabajo de la embajada de Estados Unidos en Guatemala. Ver
discurso de llegada a GT del actual embajador. "Agenda setting" le
llaman los gringos. Y hasta risible que ahora hasta Portillo está contra la
corrupción. Otro siguiendo "The Agenda." Big city, bright lights.”
Creo que
en este sentido la misma CICIG, de la cual se esperaban dos grandes casos, que
moverían a todo el establishment guatemalteco, estaría usando precisamente esos
casos para garantizar su permanencia.
Pero,
pregunto, a cambio de qué. ¿De proteger a Otto y Roxana? ¿De desvincular
impunemente a otros “colaboradores eficaces” para que no fuesen castigados
siendo éstos tan culpables como los detenidos ayer?
Digo que
podría ser una cuestión de “extorsión supranacional” porque sin o con la
amenaza de permanecer o no, la Cicig, según su mandato –o por lo menos como yo
lo interpreto—está, o estaba, en la obligación de denunciar a estos delincuentes,
investigarlos, y apoyar al Ministerio público para que cayese todo el peso de
la ley sobre los acusados.
¿Pueden
tales medidas ser la forma más “exótica” de chantaje contra el mismo presidente
y la vicepresidente? “O nos dejas, o te delatamos”, parece sonar en el fondo de
todo este chonguengue con sabor a extorsión.
Pero más
risa me dará cuando la Cicig, y su coro de niñas y niños cantores, salga
acusando a quienes nos oponemos a su permanencia en Guatemala que “esos son
cómplices de las redes mafiosas que imperan en el Estado guatemalteco.”
Acaso no
ha sido permanente la denuncia de estas redes en todos nuestros medios, y ha
sido la Cicig la que en lugar de perseguir a esos malos nos persigue a quienes
denunciamos.
Escondido
en su oficina, controlando todos los hilos de esta churronovela ha de estar el
embajador gringo, quien, a propósito “profetizó” en sus primeras palabras ya
como embajador que uno de los males más dañinos a combatir era el de “la
corrupción en Guatemala.”
A su llegada
al país el embajador declaró en entrevista al diario Prensa Libre: “La
corrupción es un tema muy importante para nosotros. Es importante que los
gobiernos, partidos políticos, el sector privado, todos, sepan que la
corrupción es un mal, es un crimen y daña a la sociedad, pero más que todo a la
gente que necesita más, y la Embajada va a luchar en contra de la corrupción, y
a ayudar a la gente que lucha también contra ese mal” (3-Nov-2014).
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